jueves, 31 de mayo de 2012

No entiendo a l@s niñ@s

  Todos tenemos ocasión, a lo largo de nuestra jornada diaria, de entrar en contacto con niños o adolescentes, bien porque sean miembros de nuestra familia, nuestros propios hijos, nuestros vecinos o nuestros alumnos, y aún hay más posibilidades. Vivimos rodeados de ellos, pero generalmente nos suponen una presencia molesta, cuando menos incómoda. Pero tengo que deciros, queridos adultos, antiguos niños y adolescentes, que si alguien tiene alguna culpa de ello somos nosotros, los adultos, no ellos. Ellos son la única esperanza que nos queda de conseguir un futuro y un presente mejores, porque ellos aún no están contaminados con pensamientos capaces de empobrecer sus vidas y las nuestras. Si bien es cierto que algunos niños y adolescentes nos han sorprendido por su crueldad, bien conocida en los medios de comunicación, no es menos cierto que ahondando en el corto pasado de esos jóvenes se advierten grandes deficiencias de cariño y de límites por parte de los adultos de los que han estado a su cargo.

  La manera más segura de que un niño  se convierta en un adolescente y después en un adulto sano es educarle, tratarle, con una mezcla equilibrada de respeto y cariño profundo. Nos cuesta respetarles, y lo confundimos con malcriarles y darles todos sus caprichos. En general les tratamos como ciudadanos de segunda categoría, sin tantos derechos como los adultos, obligados a hacer lo que le ordena el adulto por su propio interés: cállate, siéntate, ahora no, duérmete,.. Podemos conseguir todos esos objetivos hablando con ellos, porque nos van a escuchar. Si notan en nuestra voz que les estamos escuchando y comprendiendo sus preocupaciones de ese momento, que le impiden realizar el acto que les ordenamos que hagan inmediatamente, van a reaccionar favorablemente a nuestras peticiones. Y para los bebés también hay tácticas, aunque parezca sorprendente .

  Cada edad tiene sus peculiaridades, y de 0 a 16 años van pasando por etapas muy definidas que no hay que ignorar que se han acelerado en el tiempo y lo que antes les ocurría a los 16 les ocurre ahora a los 14, por ejemplo. Pero no por ello dejan de ser niños y reaccionan como tales.

  Es deber de todo aquel que desea ser padre-madre, informarse de las etapas por las que va a pasar su hijo-a desde el momento de su nacimiento. Esto va a sentar las bases de la relación entre ambos y va a ayudar a que la familia sea armoniosa o que las relaciones se puedan convertir en una carga o un infierno. Hay mucha bibliografía al respecto, desde tratados extensos dedicados a pedagogos y maestros, a libros sencillos con pautas concretas de actuación para adultos. Incluso existen artículos de revistas profesionales o no, dedicados a este tema.

  Partiendo de eses conocimiento, entenderemos fácilmente qué pasa por las mente de los niños cuando tienen una edad y actúan de una manera. Y todos siguen unos patrones similares, no hay sorpresas, aparte claro está de las diferencias de carácter.Algo esencial es valorar a cada niño en su individualidad, evitando comparaciones con hermanos, primos, compañeros de colegio, etc Cada uno de ellos debe sentirse único y especial, así irá creando una sana autoestima, que es la base de todo ser humano adulto maduro y equilibrado.

  He visto muchos niños llegar a mis clases como profesora que eran "insoportables", dicho por todo el personal del colegio e incluso por los padres de forma más o menos solapada, y lo único que he constatado al cabo de unos meses es que a ese niño o niña en cuestión se le estaba tratando de manera injusta. Los profesores se veían incapaces de hacerle sentar, regañándole constantemente por su mala actitud. Los padres, desesperados, le daban todo lo que querían y le llevaban a varios médicos para  tratarle porque no sabían qué hacer con él o ella.  Cuando miro a los ojos de esos niños, empiezo a ponerles límites, se dan cuenta de que conmigo "eso" no vale y comienza una relación que en poco tiempo va a dar muy buenos frutos. Intento adaptarme a sus necesidades si el caso es grave, como alumnos con algún trastorno psicológico diagnosticado o con una grave situación familiar. Durante algún tiempo soy con ellos más flexible que con los demás alumnos de la clase, pero antes hablo con todos para que lo entiendan y para que empiecen a aceptar a su compañero-a, ya que normalmente son rechazados o temidos por el gran grupo.

  Cuando esos alumnos se dan cuenta de que se les escucha, se les comprende y se les valora, comienzan a mostrar su mejor cara. Sacan esa parte que tenían escondida y que se negaban a mostrar. Sus actitudes negativas empiezan a desaparecer, se adaptan al grupo y se convierten en buenos compañeros y estupendos alumnos. Se han sembrado así semillas para que un niño que podría haber sido un adulto problemático tenga ahora herramientas para ser un adulto equilibrado. Se le han mostrado sus buenas cualidades, se le ha ayudado a aumentar  su autoestima y se le ha considerado alguien valioso, alguien por quien vale la pena "perder el tiempo", escucharle y comprenderle. Alguno se estará preguntando : "¿Y eso cuánto dura? Porque si va a la universidad y tiene otros profesores o experiencias negativas, seguro que vuelve a las andadas" Puedo decir, por experiencia, que los resultados son duraderos con mis alumnos, y definitivos con mis hijos.

  ¿Cómo he logrado que sea definitivo con mis hijos? Continuando en mi familia aplicando a diario esa actitud. Además les he enseñado a mostrarse asertivos, ni agresivos ni pasivos, a practicar la relajación ante situaciones estresantes y a visualizarse a sí mismos como ellos quieren ser y actuar.

  Os doy alguna bibliografía que os puede resultar interesante. La he utlizado toda, pero antes, un último consejo, No os sintáis nunca culpables de poner límites a vuestros hijos. Decirles No es importante. Ellos miden vuestro cariño y atención por las veces que les decís no, no por las veces que les dejáis hacer lo que quieren. Desde los 0 años , insisto, desde que vienen al mundo, son conscientes de hasta dónde pueden llegar y con quién, y el respeto hacia el adulto nace de la cantidad de veces que se sienten valorados porque el adulto que les cuida ha sabido decir No cuando ellos no han tenido la capacidad de distinguir qué es lo mejor para ellos. No lo olvidemos, somos nosotros los adultos, y tenemos criterios para saber lo que es mejor para los niños. Con esa sólida preparación que nos da la lectura, no hace falta ser un erudito para seguir buenos consejos, estaremos aportando a la sociedad lo que ésta necesita, futuros adultos  psicológicamente sanos. Ahí van los libros:

  • Todo lo que necesitas saber para educar a tus hijos. Bernabé Tierno. Plaza & Janés
  • El arte de hacerse respetar. Barbara Berckhan. Rba Nueva Empresa
  • La felicidad de nuestros hijos. Dr. Wayne W. Dyer. Grijalbo
  • Duérmete niño. Dr. Eduard Estivill y Sylvia Béjar. Plaza & Janés
  • El primer año de vida del niño. René A. Spitz .Aguilar
  • Comprendiendo a tu hijo de 1 año. Deborah Steiner . Paidós. Esta colección, de la Clínica Tavistock, tiene libros hasta los 20 años, incluso uno dedicado a hijos discapacitados. Son de fácil lectura y de pocas páginas. El que os recomiendo tiene sólo 95 págs.
  • El niño y la relajación. Genevieve Manent. Mandala Ediciones
  • El niño de 1 a 4 años. Arnold Gesell. Paidós Educador. 
  • Papás blandiblup. Retrato de las dudas y debilidades de los padres de hoy. Mª Angeles López Romero. San Pablo. Todavía no lo he leído, pero un rápido vistazo me dice que es muy interesante.
  Hay mucha bibliografía que podéis encontrar si vais a la Casa del Libro, Fnac o sitios similares. Ahora que es la Feria del Libro, es una buena ocasión para ir con vuestros hijos e hijas y comprar libros para toda la familia. No hay mejor consejo que dar ejemplo.
  Suerte y ánimo para llevar a cabo una tarea que no podemos eludir como padres/ madres y que puede mejorar si los educadores aceptamos los nuevos retos que nos depara el presente. Y no olvidemos todos que un buen  síntoma de que lo estamos haciendo bien es cuando empezamos a aceptar que nosotros también podemos aprender cosas de ellos. No por ser más pequeños o tener menos edad saben menos que nosotros de la vida en muchas situaciones, porque miran con un cristal diferente hacia la misma realidad, pero esa realidad no deja de ser la misma interesante realidad que todos vivimos conjuntamente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario