lunes, 11 de junio de 2012

Poesías para los más pequeños

  Mis hijos ya son mayores ( 16 y 18 años), y mis alumnos de los últimos años  son del Tercer ciclo de Primaria, así que mis últimas lecturas han sido de  libros para esas edades, pero en casa tenemos una buena biblioteca de libros desde que eran muy pequeños, porque desde que cumplieron un año teníamos la costumbre de regalar a mis hijos un libro en cualquier fecha que fuese importante para ellos. Comenzaron muy tarde a jugar con juegos electrónicos, y no me arrepiento de ello, porque aunque ahora sí los usan ( cuando los estudios se lo permiten) son los dos muy buenos lectores.
  En las librerías hay fantásticos libros para todas las edades, con sólo dibujos, con letras variadas, con cd incluido, con actividades para los peques de diferentes materiales, con texturas,... No dejéis de leer cuentos a vuestros hijos, y que se críen entre libros, para luego oírles decir eso de: "Pues el libro era mucho mejor que la película".
  Estas poesías las escribí hace unos años y me invitaron al colegio de mis hijos a contarlas en las clases de Educación Infantil. Recuerdo que les gustaron mucho. Espero que a vosotros también. 



MARIA PIZPIRETA

María Pizpireta
se hace siempre una coleta.
Lleva gafas, bolso, guantes
y una falda de volantes.
Usa botas con tacones
y bufanda con pompones.
Sale y entra de su casa,
y aunque parezca una guasa,
nunca olvida su bolsito
con cepillo y espejito,
por si aparece en la esquina
una de sus tres vecinas,
que la miran de arriba abajo
a ver si se le ve el refajo.
Pero María, muy coqueta,
se atusa la coleta,
y sigue caminando sin prisa
a ver a su amiga Elisa.
Y cuando llega a su casa
le pide un plato de pasas
para tener buena memoria
y que no se le olvide esta historia.



EL ELEFANTE PEPONE

 

El elefante Pepone

es amigo de los leones,

y en el zoo es muy famoso

por su amistad con el oso.
Cuando llegan las vacaciones
llama a sus amigos leones
y preparan una excursión
con el oso como anfitrión.
Desempolvan sus mochilas
y las ponen todas en fila.
Meten agua en el petate
y una barra de chocolate.
También llevan pastel de arroz
por si les entra un hambre atroz.
Y entre vasos y cucharas
no se olvidan los muy “caras”
de guardar una sombrilla
por si la siesta les pilla
en un lugar donde a la redonda
no haya una sola sombra.
Y Pepone y sus amigos,
que son todos ellos muy finos,
acaban el día en el campo
bailando juntos un mambo:
el oso con el león, el león con el elefante,
dos pasitos para atrás, y uno para delante.
Terminan todos tan cansados
que  cuando el día ha pasado
vuelven todos a sus camas
y se dicen: ¡Hasta mañana!,
durmiéndose sin molestar
porque en el zoo reina la paz. 


EL PEQUEÑO ELEFANTITO 


El elefante tunante

se pone un traje de ante
y sale por la mañana
para cantarle una nana
a su pequeño elefantito
que va en su cochecito
sin parar de llorar
porque no quiere dejar
de gatear por la casa,
coger un cubo por el asa,
tirar todo el agua al suelo,
y  ponerse como locuelo
cuando se enfadan sus papás
y le dicen que no lo haga más.
Así que mejor se van
pensando un sencillo plan:
cuando al parque hayan llegado
y el “peque” se haya callado,
el elefante tunante
se pondrá en una mano un guante,
y como una marioneta
inventará alguna treta
para que el pequeño elefantito
esté callado un ratito.
Y si el papá, al terminar,
no es capaz de hacerle callar,
a casa tendrán que irse,
e intentar no resistirse
a la pura realidad:
que para educar a un pequeño elefante
hace falta mucho arte,
y también paciencia y cariño
porque es lo más parecido a un niño,
y a todos los seres del mundo
cuando pasan por la infancia
hay que quererles mucho
y quitarles importancia.

                                      Elena Martín 
     

                                            María Pizpireta, siempre, siempre con coleta

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